El día estaba tranquilo, el sol brillaba con fuerza, el rio no dejaba de moverse arrastrando entre sus aguas todo lo que al parecer le estorbaba, las aves de la mañana revoloteaban haciendo ruido dando la impresión de estar frente a un gran concierto cuyo teatro era ese gran espacio donde reinaba la madre naturaleza…
En una choza construida con materiales del lugar en medio de esa maravilla natural vivía don Germán, un viejo curandero lejos de la ciudad a orillas del rio Madre de Dios, a sus 70 años de los cuales ya había vivido casi 20 solo, desde que su esposa se había marchado a mejor vida, nunca quiso don Germán abandonar su chacra sus aves de corral y sus dos perros fieles, eran su única compañía, con machete en mano se dirigió a su centro de trabajo que no era otra cosa que sus cultivos de plátano y yuca…
Al llegar a su chacra se detuvo un instante para planificar su trabajo fumo un poco más de tabaco, miro al cielo para pensar que no llovería para luego comenzar la gran jornada laboral, no sería nada diferente a todos los días, solo que esta vez el destino de don Germán estaría marcado por la fatalidad mientras macheteaba escucho un ruido inmenso detrás de él…
Volteo como por inercia y se encontró con dos conocidos brujos que habían venido a atacarle soltó el machete para defenderse con las armas de la macumba pero no tuvo tiempo los disparos malévolos de los hechiceros del mal lo hicieron rodar por el suelo…
Valiente el anciano intento ponerse en pie y el ataque brujal que salían de las manos de sus enemigos lo devolvieron al suelo no le dejaban respirar…
La vida se le iba y sus defensas de hechicero no le respondían sus brazos se paralizaron su boca se secó su mirada se perdió en el infinito, el final había llegado…
Uno y otra vez los malvados lo atacaban a matar, es que don Germán se había ganado prestigio en el pueblo con sus curaciones y solo recibía a cambio la voluntad de la gente, eso alimentó la envidia de quienes no tenían la misma aceptación entre la población y tal vez por eso es que se estaba cumpliendo la venganza que llegaría quizás en este día a la muerte del viejo curandero…
De pronto cuando los malvados estaban a punto de ponerle fin a la vida de don Germán dos mujeres cayeron del cielo y se enfrentaron a los malvados, una de ellas cubrió con su cuerpo a don Germán mientras la otra con la cruz de Cristo en una mano y en la otra la imagen de María su madre hacia retroceder a los hechiceros…
El cruce de disparos brújales hacían paralizar a la naturaleza, los malvados flotaban en el aire la bruja con la cruz en mano se movía de un lugar a otro para no recibir la maldad de los otros mientras su compañera cubría con su cuerpo al viejo Germán que parecía que ya no respiraba, la batalla era espectacular solo aquellos que pedimos ver eso podríamos dar fe de lo espectacular que son estas luchas brújales, durase un buen tiempo esa lucha entre hombres y mujeres, el bien y el mal se encontraban luchando por la vida de un hombre cuando parecía que no terminaría nunca esa batalla una diminuta figura y con vestimenta de harapos apareció en escena era un viejo brujo que pertenecía tanto al bien como al mal de la brujería pero que vivía independiente de cada uno, y ataco con energía poderosa a los malvados empujándoles hacia la orilla del rio, no podían los malvados defenderse, el poderío era total, juntas en las dos mujeres para expulsar a los malvado quienes al verse acorralado huyeron por entre los arboles del monte alto.
Volvieron los tres junto a don Germán y se percataron que el viejo brujo del bien había dejado de respirar se miraron los tres pero ya era tarde no podían hacer nada la vida de don Germán se había terminado dejando desolación entre sus compañeros de brujería que lloraban junto a su cuerpo.
La mañana se silencio el sol parecía caerse de tristeza los leales perros le lamian la cara, sus lagrimas del viejo se secaron en sus mejías ninguno de los tres podía tocarlo ni podían brindarle ayuda, el sonido del rio acompañaba la tristeza, el canto de las aves sonaban a marcha fúnebre, hasta los monos se frotaban los ojos y dejaban de colgarse en las ramas de los arboles como dando la impresión de respeto por la muerte de este hombre que en su vida no había hecho otra cosa que el bien…
Las dos brujas y el poderoso brujo que expulso a los malvados con tristeza controlada se perdieron en el monte dejando solo el cuerpo de don Germán, es que nada podían hacer por el, don Germán estaba ahí en cuerpo y alma todos los demás habían luchado espiritualmente…
24 horas después fue hallado el cuerpo de este venerable anciano a quien conocí y puedo dar fe de su bondad…
A la memoria de un gran amigo!!!…
Yves Percy Nagaremori